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Mostrando las entradas de 2022

Vicisitudes 1: DECÍAN

Dicen, dicen, todo el tiempo dicen Lo que todo el tiempo decían y decían Lo que dirán, quizá todo el tiempo, dirán Manía de decir lo que decían y dirán Humana manía de decir, decir y decir Deprimente manía de decir y no callar

Indignados por la esclavitud

El proceso de liberación reclama inicialmente la indignación . Así lo han planteado P. Casaldáliga y J. M. Vigil como parte de la espiritualidad de la liberación. Es, además, un aspecto imprescindible del profetismo bíblico y judeo-cristiano. El profeta de Nazaret es, también, el maestro de la indignación y el paradigma de los indignados. Esa indignación, tan intensa en la teología de la liberación y en sus acciones consecuentes, brota de la experiencia de empobrecimiento histórico al que ha sido sometido el continente latinoamericano. Indignante experiencia compartida por una inmensa mayoría de hombres y mujeres de todos los continentes. Es una indignación “radical”, que viene de muy hondo, de las raíces últimas de nuestro ser. Es una indignación que no brota de una circunstancia o de una ideología particular, sino que uno percibe que la siente por el mero hecho de ser humano, de forma que, si no la sintiera, no se sentiría humano. Una indignación tan irresistible que no deja compre

DE LA NADA

Finalmente, luego del proceso teológico y de la experiencia de Dios está la nada . Allí acaban la teología y la mística. En la nada, no en el nihilismo. El gran maestro de esta muy osada enseñanza es el Maestro Eckhart . Enseñanza no exenta de problemas dogmáticos y disciplinares que se extendieron por siglos en el reino de la miopía oficial del catolicismo. Eckhart, luego de negar las clásicas atribuciones trascendentales en Dios, el maestro concluye: Y si Él no es ni bondad ni ser ni verdad ni Uno, ¿entonces qué es? No es absolutamente nada, no es ni esto ni aquello. Si tú todavía piensas en algo que Él sería, no lo es . Dios es nada -o Dios no es nada-, sería una simple conclusión de la experiencia y de la teología de Eckhart. Una maravillosa conclusión… Si yo dijera que Dios es un ser, cometería un error tan grande, como si llamara al sol pálido o negro. Dios no es ni esto ni aquello. Y un maestro dice: Quien cree haber llegado a conocer a Dios y quien al hacerlo conozca al

Práctica de Sí 1

 El esfuerzo de ser quien soy y quien quiero ser Preguntas Significativas e Introspección Muerte Poema de Federico García Lorca en la colección “Poeta en Nueva York” ¡Qué esfuerzo, qué esfuerzo del caballo por ser perro!, ¡qué esfuerzo del perro por ser golondrina!, ¡qué esfuerzo de la golondrina por ser abeja!, ¡qué esfuerzo de la abeja por ser caballo! Y el caballo, ¡qué flecha aguda exprime de la rosa!, ¡qué rosa gris levanta de su belfo!; y la rosa, ¡qué rebaño de luces y alaridos ata en el vivo azúcar de su tronco!; y el azúcar, ¡qué puñalitos sueña en su vigilia!; y los puñales diminutos, ¡qué luna sin establos, qué desnudos, piel eterna y rubor, andan buscando! Y yo por los aleros, ¡qué serafín de llamas busco y soy!; pero el arco de yeso, ¡qué grande, qué invisible, qué diminuto! sin esfuerzo.   Ideas principales ¡Qué esfuerzo!... Por ser otro, por ser otra cosa, distinta de mí mismo. Esfuerzo sin sentido, frustrante, agotad

El conocimiento de sí

La interioridad poco significa sin el conocimiento de sí mismo . Conocerme, penetrar en mi propia interioridad, leer dentro mío y comprender -el sentido propio de inteligencia ( intus-legere )-, dilucidar mi corazón y mi conciencia, discernir… Es una tarea imprescindible e intransferible, permanente y procesual, actual y prudencial . Imprescindible , de necesidad absoluta pues de ella depende el éxito o el fracaso de la persona e, incluso, de una sociedad. La vida, en gran medida, es el tiempo de saber quién soy. Intransferible , aunque nos empeñemos en responsabilizar a otros -terapeutas, acompañantes, directores espirituales, adivinos…- El conocimiento de sí, para nosotros, tiene un objetivo, un sentido práctico. Es como una técnica. O sea, un conocimiento para ser aplicado. Es un conocimiento -una sabiduría- para construir nuestra persona, hacer nuestra personalidad. Y, consecuentemente, construir la sociedad. Lo de conocerno